En
estos días habéis visto- seguro- el anuncio de Loterías. Me ha causado estupor
no solo el anuncio en sí sino la supuesta respuesta del público: entregado y rendido
a los pies de una mentira, un despiste o
la pérdida de memoria de una persona mayor.
Se presenta a una anciana cariñosa y resuelta que sufre una equivocación (¿O será un primer síntoma de Alzheimer o de otra enfermedad que equivoca el juicio y la razón del que la sufre?).No lo sabemos pero la mentira es igual de infame sea cual sea lo anterior.
Pensemos…
¿En qué se basa el anuncio? En seguirle el juego a una persona –que parece lúcida-
embarcando a todo el pueblo en una mentira atroz. Ella se equivoca y todo el
pueblo la engaña instigados por su familia.
¿De
verdad es esto espíritu navideño? Nuestra entrañable Carmina puede estar
perdiendo el juicio o simplemente
haberse equivocado de día pero su familia le hace un flaco favor siguiéndole
el juego. ¿Creéis que no se enterará de la mentira? , ¿Qué pensará, entonces de todo el que le rodea? Como poco, que no son
gente de fiar pues no son capaces de decirle una verdad con cariño y decisión.
Se ha equivocado, no pasa nada.
Sin embargo, prefieren mentir y hacer cada vez la bola mas grande
Este
anuncio me ha traído a la memoria algo que hacemos con nuestros mayores de modo habitual. Y no sólo con ellos: también
con aquellos que tienen una capacidad intelectual
distinta a la media y a los que tratamos a con el desprecio de esconderles la
verdad.
Hemos
“empoderado” a las personas mayores y a las personas de capacidad distinta - en nuestro entorno, pacientes-; es decir, les
hemos hecho participes y dueños de sus decisiones pero seguimos con una visión paternalista de
la vida y la enfermedad. Quizá sean los años o una situación accesoria para la
esencia del hombre los que, equivocadamente,
nos dan derecho a esconderles la verdad. Sin embargo colaborar en la mentira, aunque
por una buena causa no es digno de una sociedad transparente y madura.
Alguien
sufre un error (o una alteración de la visión de la realidad )y en lugar de ayudarle a descubrirlo tramamos una mentira a su alrededor para protegerle. Pero, ¿protegerle
de quién?.Quizá sea de todos nosotros, aquellos que le rodeamos como en
el anuncio, y que preferimos mentir que pasar el mal rato que supone decir con paciencia,
sin herir y con cariño, la verdad.
No
se hacia qué sociedad vamos pero espero que la que me rodee a mi sepa decirme
la verdad sin tapujos y me permita ser dueña de mis decisiones en lo pequeño y
en lo grande; y que cuando no lo sea, me ayuden a poder tomar la decisión que
mi capacidad me permita poniendo en el quehacer del otro un plus de humanidad.
Del
anuncio solo se salvan los planos de Villaviciosa, y los magníficos paisajes de
una Asturias verde con un Cantábrico en calma. Ya sabes: si mientes, Loterías.
(video editado por Chema Mateos)