domingo, 28 de junio de 2015

Neutrolandia

La viralidad  es un fenómeno caprichoso. Cómo una noticia se hace viral es algo que aun desconocemos (afortunadamente) y que pertenece a la libre voluntad del "internauta".  En ocasiones son noticias curiosas; en otras, reflexiones que hacen meditar.

Fátima y Regina son dos primas a las que les gusta hacer vídeos como a tantos otros jóvenes de su edad. Esta vez han dado en el clavo parodiando el doblaje que se hace de las películas y series en un supuesto castellano que vaya usted a saber dónde se habla...El bloguero Banaz MX compartió el video con el título "¿Por qué tiene que ser así el doblaje español?" y en pocos días supero el millón de visualizaciones.  La usuaria de Facebook María Amparo Escandon dió en el clavo al comentar que "estos doblajes de TV se hacen en 'español neutro' para que ningún país hispanoparlante se sienta excluido. El español neutro se habla en un país llamado Neutrolandia y sus habitantes son los locutores de doblaje y los ejecutivos de los networks a quienes les ha parecido buena idea hablar así... Genial parodia de los doblajes", agregó. Pero, ¿por qué el doblaje al español suena distinto a como la gente se expresa en la vida real?

Realmente es una sabia reflexión que sirve para muchos casos y muchas cosas. Neutrolandia se está haciendo con el poder mediático y el fenómeno opinión está sufriendo una transformación en "tres pasos":

1-sólo son tolerables aquellas opiniones que concuerdan con una determinada opción política y social.
2- las opiniones tienden a vaciarse de contenido en un intento feroz de que nadie se sienta excluido.
3- en un intento de no exclusión la "nada" se extiende por Neutrolandia. Ideas vacías de contenidos  que, para no molestar, han perdido la esencia misma y son solo palabras huecas.

Esto, que ocurre en cualquier ámbito de la red, es particularmente llamativo en las noticias médicas. Así las ideas más extendidas son las que no molestan, no interpelan a la conciencia de cada uno y se vacían de contenido como signo de no exclusión. A la vez y si no estás de acuerdo con la "línea editorial twittera", eres considerado un provocador o lo que es peor: un ignorante. Las posturas minoritarias y sensatas deben defenderse de un mantra que lo envuelve todo y que parece que es una verdad absoluta, incontestable e irrefutable. El ente que gobierna los 140 caracteres y que no sabemos donde habita, determina cuáles son las opiniones médicas dignas de crear corriente o de vaciar su contenido en un intento de confrontación cero.

Mientras, el lector medio, vive con desazón los ataques entre médicos en la red. Unos y otros defienden con vehemencia sus ideas en un intento de convertir Twitter en Neutrolandia. Sin embargo, las opiniones siempre que se enmarquen en un profundo respeto y que estén mínimamente fundamentadas con sensatez, deberían tener -todas y cada una- el mismo valor.
Si no somos capaces de que nuestra "idea feliz en 140 caracteres" sea comprensible, veraz, ponderada y prudente, no le des a enviar. No vacíes de contenido tus ideas solo para que éstas se acepten y defiende tu postura con respeto, elegancia, honestidad y honradez. En la red cabemos todos, cada uno con su opinión, pero es importante no generar confusión.

Contra este país imaginario, Neutrolandia, sí es posible hacer boicot.









lunes, 15 de junio de 2015

Una cuestión de adverbio

Generalizar suele generar error; hablar de cómo trabajan los médicos españoles que realizan su labor asistencial en un hospital, de modo generalizado, así sin más, lleva a un error seguro.

Quizá si uno lleva tiempo alejado del ámbito hospitalario, si soguzga bajo las impresiones que guarda en su memoria, lo más fácil es que yerre.
 Esto le ha debido suceder al autor delartículo http://www.actasanitaria.com/estudias-medicina-te-interesan-las-personas-en-su-contexto-es-un-signo-de-infeccion-de-atencion-primaria-y-lo-sabes/ en el que no deja títere con cabeza.

Trabajo en un hospital y también fuera de él;  no me veo reflejada en dicha generalización.
Lo realmente importante y núcleo central de nuestro quehacer diario es el paciente. No me atrevería  a decir cómo establecen mis compañeros en su trabajo, así todos en el mismo saco, su relación médico-paciente. No solo es aventurado sino probablemente erróneo, pretencioso, poco prudente, nada ponderado y poco veraz.

Lo importante no es el "dónde" se trabaje (adverbio de lugar) sino el "cómo" se haga (adverbio de modo) y un cambio de adverbio indica cosas distintas. El dónde es una cuestión circunstancial de la atención - hospitalaria o extrahospitalaria - que hace referencia al ámbito en el que se desarrolla un trabajo pero no es el cómo se desarrolla éste. Este "cómo"es la  cuestión central, que vertebra la calidad de la asistencia  médica, en cualquiera de los escenarios en la que ésta se produzca.


Supongo que deberíamos poder responder a las preguntas básicas de todo artículo de información periodística:

¿Quién?: médico de cabecera.
¿Qué ?:  prestar a todos los pacientes una atención médica de calidad humana y técnica.
¿Dónde?:  en cualquier lugar donde se preste asistencia sanitaria.
¿Por qué?: porque es el axioma que fundamenta la asistencia médica de calidad recogido en el   art.21.1 del Código de Deontología 
¿Cómo?: Eso mismo me preguntó yo...¿cómo es posible que mi admirado Juan haya escrito un artículo con el que se "enemista" con un gran número 
¿Cómo?: Eso mismo me preguntó yo...¿cómo es posible que mi admirado Juan haya escrito un artículo con el que se "enemista" con un gran número de médicos de familia españoles que por avatares del destino, las gerencias, la deficiente estructura sanitaria y la mala costumbre que tiene nuestros hijos de comer, trabajamos en urgencias hospitalarias?.

De verdad, crees que :

 -¿"En los hospitales es raro escuchar las historias que cuentan los pacientes y sus familiares, más allá del interrogatorio clínico que se centra en la búsqueda del diagnóstico y/o en las respuestas al tratamiento..."?
-¿"En los hospitales no se suele mirar a los ojos a los pacientes, excepto en oftalmología por afán profesional, y por ello no se enseña qué hacer cuando el paciente llora..".?
-¿"Tampoco interesan la mente y los sentimientos, excepto en psiquiatría y con ánimo diagnóstico...”?
Y no quiero seguir.

De sobra sabes que muchos de nosotros acudimos, años tras año, a los seminarios de atención primaria (SIAP), en los que tú también participas, de modo recurrente, porque SI nos interesan esas cosas; porque  escuchamos las historias de los pacientes y su familias,  nos preocupa la mente y los sentimientos y  miramos a los ojos de las pacientes...
Sabes de sobra que muchos de nosotros trabajamos en Urgencias; quizá lo que no has medido es lo mucho que nos has ofendido con las afirmaciones de tu artículo.

Y no me "espanta mirarme en el espejo"; intento analizar mis errores (SIAP, Granada 2015) y corregirlos .Lo que me espanta es que se me contemple desde un espejo de feria deformante de la realidad diaria.

Desconozco si antes era así; pero, Juan:¡vente a mi hospital una mañana!
Acompáñame en las urgencias extrahospitalarias 17 h o 24h. Sólo después de hacer esto y ver cómo trabajamos, podrías escribir este artículo conociendo la actualidad hospitalaria hoy.

Hoy como ayer existen excepciones pero son eso, casos aislados, que no representan a una gran parte de la profesión que, ofendida, agradecería una rectificación.


Un fuerte abrazo.



           

Foto del Tomavistas( Santander)


Pd. La amistad verdadera consiste en decir a aquellos compañeros que aprecias que se equivocan desde el cariño y respeto mas profundos. Espero que así lo veas.



viernes, 12 de junio de 2015

En clave de error

Cuando alguien comienza a caminar por su vida profesional lo hace, en general, mirando alrededor. Siempre fué buen sistema de aprendizaje seguir la senda de los que nos preceden: aprender de aquellos más experimentados y que nos dan ejemplo. El refranero español lo recoge bien: " Allá donde fueres, haz lo que vieres"; de mi propia cosecha, añadiaria la coletilla de " siempre que esto sea correcto"- que el sabio refrán da por sobreentendido-.

El ejemplo, en la docencia y en la vida en general, es mucho mas imprtante de lo que parece pues se educa más "por lo que se hace que por lo que se dice"; por ello, es imprescindible ser cauto, prudente y coherente para que lo que hagamos y digamos, coincida.
Aspectos aparentemente marginales en la docencia (que es lo que fundamentamente debería producirse en un congreso médico de cualquier especialidad) tienen una gran importancia pues dejan una impronta en el "alma profesional", aún casi en blanco para los recién llegados, dificil de cambiar. Cualquier pequeño detalle puede hacer que se considere como adecuado algo que no lo es y que se inicie un camino con mal pie.

Poner como clave de "wifi", de un congreso de medicina familiar, una marca comercial me parece-como poco- inadecuado. Empezamos este proceso de aprendizaje, desde el momento cero, en clave de error. Si nuestra conexión al mundo virtual se mediatiza mediante la repetición de una marca comercial, hecho al que no damos imprtancia, estamos minimizando un error que- a fuerza repetirlo- deja de tener peso. Para erradicar el error primero tenemos que detectarlo de modo consciente, ponerle nombre y , entonces, luchar contra él; mal podemos luchar contra lo que no reconocemos como error...

La vulnerabilidad del médico a agentes externos es cuando menos la misma que la del resto de los mortales; el título no proteje contra la" influenciabilidad"- término recién acuñado- y si no se reconoce así es que el error ya está instalado.

La industria framacéutica  y los médicos estamos condenados a entendernos.Y en esta relación, saber distinguir cuáles de las relaciones con ella son inocuas de aquellas que pueden ser perniciosas - desvirtuando el proceso de prescripción por producir una "inducción insana" en el mismo-, es básico.
Debemos valorar y reconocer el importante papel que realiza la indsutria en el campo de la investigación de nuevas moléculas; la transparencia en nuestra relación con ella es deseable a la par que necesaria y conveniente ( art.23.2 CD).
Esta relación  no tiene, en principio, que ser perniciosa; es más, es una relación que, debiendo existir siempre, es necesario interiorizar sabiéndonos mover en su caminos con la independencia necesaria de modo que no se condicione nuestra prescripción.

Promover un cambio de acitud en los médicos jóvenes en formación, ante la situación antes descrita, es tarea de todos; evitar que se incrusten en ellos pautas de comportamiento que se dan por buenas, sin analisis crítico, es un reto para todos nosotros. Empezar por lo aparentemente anecdótico, un buen punto de partida.


pd-Creo que cambiar la clave del wifi, aunque testimonial,es un buen inicio.

viernes, 5 de junio de 2015

Conducir por el carril contrario

A nadie en su sano juicio, en la actualidad, se le ocurriría circular con seguridad por el carril contrario de cualquier carretera variando la dirección.El riesgo aumenta-además-cuando lo hace la velocidad a la que circulamos.Cuando esto ocurre buscamos siempre un error fatal al tomar una dirección o un estado que nos incapacite para conducir el vehículo de modo correcto.No podría entenderse de otro modo: los que conducen han superado un examen que habilita para ello tras demostar que se conocen las normas que rigen la seguridad vial y se ha adquirido la competencia en el manejo de un vehículo a motor.
Las normas de circulación que se establecen no lo hacen para encorsetar nuestras decisiones libres sino porque es necesario un consenso mínimo que permita una circulación segura; conservar la vida  nos lleva a no saltárnoslas por nuestro propio bien y el de posibles terceros.

Esto que parece tan fácil de entender con un ejemplo de circulación es más difícil cuando hablamos de poner en riesgo la vida de otros en un contexto distinto.Tomar una decisión libre implica tener el conocimiento previo que haga que ésta lo sea lo que nos lleva, necesariamente, a una información previa.
Como nos dice hoy con mucha sensatez Javier Sorribes aqui(https://rafalafena.wordpress.com/2015/06/05/de-la-posibilidad-de-no-vacunar/) considero, también, que el tema es otro...

-¿Informamos adecuadamente a nuestros pacientes de modo que ellos puedan decidir -de modo libre- sobre aquellos aspectos que puedan afectan a sus hijos como sus tutores legales que son?
- ¿informamos bien, en general ,y no solo en el caso de las vacunas?
-¿ de verdad nuestra información cumple las premisas de hacerse de modo comprensible, veraz, ponderada y prudente?
-¿somos conscientes que nuestras opiniones individuales pueden convertirse en referente para  el que las escucha , " envolviendo " a toda la profesion en el mismo saco de una opinión particular?
-¿ intervenimos en redes sociales ( si nos identificamos como médicos ) de modo que en ningún momento generemos con nuestras afirmaciones situaciones o conductas que pongan en riesgo la salud?.


La responsabilidad sobre  la información medica que transmitimos viene dada por una formación específica ( licenciatura/grado en medicina) que a su vez nos da una competencia; así nuestras opiniones acerca de temas médicos podrán considerarse como referentes.Y esto no creo que se contemple con la importancia que tiene o pueda tener.

Hace tiempo que me cuestiono todo esto.Hace tiempo que los médicos  activos  en redes sociales se lo preguntan;esta preocupación fue detectada de modo que dió paso a un encargo por parte de la OMC que fue tomando forma y acabó publicado hace unos meses a modo de Manual, tras una larga reflexion de un grupo de médicos españoles y los estudiantes del CEEMS,autores todos de este documento.(http://www.cgcom.es/sites/default/files/u183/Manual%20Redes%20Sociales%20OMC.pdf)

No podemos dividirnos en "pro- vacunas" o "antivacunas", no debemos pronunciarnos como "pro algo"o "anti algo" ante la atenta mirada de un espectador que no sabe con qué bando quedarse; no debemos generar confusión ni alarma social...¿No sería mejor dejar para foros específicos las discusiones encarnizadas que vemos estos días en la red?.La opinión pública se confunde y eso puede producir más daño que aquel que intentamos evitar.


Le hemos dado autonomía al paciente para que la use pero debemos informarle adecuadamente  para que la use bien; y debemos acompañarle -si así lo pide -en la toma de decisiones de modo que sean compartidas: nosotros informamos y él decide.En este orden y no al revés.