El manual de instrucciones se me resistía y me parecía, a primera vista, que había piezas de más cuando no inútiles.
Sin embargo, con tesón y paciencia, siguiendo el orden preciso, el amasijo de piezas tomaba forma y la granja se iba levantando. La sólida y sosa estructura daba paso a paredes y puertas, a elementos que embellecían y mejoraban el feo armazón de plástico.
Pero no se trataba de dividir en piezas fundamentales y accesorias pues todas y cada una eran necesarias- en su lugar concreto- para, cumpliendo su función, llegar al resultado final.
Mientras lavaba las piezas de plástico de la granja, guardadas en bonitas cajas para un tiempo mejor, no pude evitar el compararlo con la medicina; esa profesión que envuelve mi vida, mis sueños y, en ocasiones, mis peores pesadillas .
Nos empeñamos en distinguir piezas fundamentales en ella dando rango de accesorio a las demás; pensamos que hay pilares centrales sin los que nada se sostendría ...pero el macetero de la ventana con su su flores contribuye, de igual modo, al producto final.
En la granja , en su esplendor y funcionalidad, utilidad y estética última, no sobran piezas.
Ninguna es más que otra: todas cumplen su función; quizá algunas más visibles pero no por ello más importantes.
Mejor nos iría a todos si dedicáramos el esfuerzo que invertimos en convencer al otro de nuestra importancia en el sistema , en valorar que todos somos importantes y todos necesarios; que nadie sobra.
Que el "truco" consiste en sumar y no en dividir, en colocar piezas a veces sin ver a dónde nos llevan pero siguiendo el plano de construcción.
No habría granja sin pilar central pero tampoco sin ventanas y puertas, sin maceteros de flores o un rastrillo en mitad del camino.Tampoco sino estuviera bien construido el palomar que, aunque no sea estrictamente edificio central, forma también parte de esa colorida granja que hacia las delicias de mis hijos en las tardes de invierno.
Las vallas del cercado de los animales, la fuente y el abrevadero, las tejas, los maceteros,el tractor...
Cuando entenderemos que nadie sobra y nadie es más que nadie; que el equipo hace la fuerza y le da solidez a nuestra sanidad, compuesta por distintas piezas, unas visibles y luminosas y otras no tanto pero todas necesarias...
Quizá deberíamos recuperar nuestras granjas y, mientras leemos el manual de instrucciones, meditar.
En la guardia de mañana intentare valorar igual a la columna base que al ultimo animalito del corral.
Sin cada uno de ellos, en su sitio, nada seria lo mismo.
Pues eso...a meditar!