La película que da título
a esta entrada es de esas que se queda grabada en tu filmoteca particular
cerebral cono una de las que enseña que el esfuerzo tiene recompensa. Rob
Reiner dirige, en1992, esta magnífica historia interpretada por Tom Cruise,
Jack Nicholson, Demi Moore, Kiefer Sutherland, Kevin Bacon y Kevin Pollak en
los papeles principales.
Hoy os contaré una
película distinta donde no están los anteriores ni falta que hace pero está
protagonizada por un puñado de hombres buenos que dedican su tiempo libre de la
tarde de los lunes - durante 10 semanas- a cumplir los sueños de un grupo de chicos.
Aquí no hay buzos y nadie
se sumerge salvo en la contagiosa risa de un grupo de deportistas felices.
Tienen distintos tamaños
y distinto nivel de juego pero tienen en común que están siendo enseñados,
acompañados, corregidos y ayudados por algunos
hombres buenos; éstos dedican
parte de su tiempo y de sus conocimientos a que esforzados deportistas -algo
diferentes a los que llenan las páginas de los diarios- alcancen un mejor nivel
de juego con una gran sonrisa. Ellos han entendido que la discapacidad no es
tener menos capacidad sino capacidades distintas.
El III One Time es una
iniciativa del la fundación Valencia Basket en la que deportistas con
discapacidad intelectual disfrutan y aprenden a mejorar su juego mientras
crecen en humanidad. Tiene buenos maestros
que sonríen, hacen bromas, corrigen y hacen que los minutos vuelen
dentro de la cancha como en un partido de la liga real.
Y nuestros deportistas
sonríen, sudan, corren y encestan...o no; ésto no es lo más importante.
Lo importante es que aquí
la "cultura del esfuerzo" - lema del equipo valenciano- es más verdad
que nunca: unos se esfuerzan por enseñar, otros por aprender y en medio, los
padres, percibimos que la felicidad que se respira haga que se pare el tiempo.
Me preguntaban en la
última entrevista ¿qué se puede hacer para convertir la integración en algo
fácil y posible? Nada más y nada menos que lo que ha hecho el Valencia
Basket: darnos la oportunidad, a través de la Asociación Síndrome de Down, de
compartir con ellos su experiencia, su humanidad, su entrega y su esfuerzo por
no perder a nadie sea cual sea su nivel de juego y hacer que se sientan
importantes y queridos.
Esto no tiene precio ni
quien se lo ponga.
La grandeza de los
equipos se mide no sólo por sus resultados deportivos sino por la calidad
humana de los que los integran y dirigen. Por ello, la copa màs grande de la
temporada es, sin duda, de color naranja.
Muchas gracias, Valencia
Basket, Asociación Síndrome de Down y Asociación Crecer en Positivo.
Probablemente, el título
de la cinta de Rob Reiner se escribió pensando en vosotros.
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