domingo, 17 de mayo de 2015

Los médicos también duermen

Mi trabajo no es, ni con mucho, el más importante;  sólo lo es para aquel al que el destino coloque en mis manos.Y es importante que éstas obedezcan a un cerebro despierto...
Esto que parece una obviedad no lo es tanto; los médicos también dormimos.
Y aunque debiéramos hacerlo muchas más horas de las que nos permiten, como cualquier mortal, lo necesitamos.Necesitamos descansar, dormir, relajarnos para que al llegar el momento de alerta, de urgencia y de necesidad de especial lucidez, ésta sea posible.

-"¿Para qué necesitáis dormir?,¿No os pagan para eso?", me preguntas.
-"Si y no", contesto; pero, lejos de quedarme aquí, intento explicarte el porqué de tu error, de un error extendido estos días a lo largo y ancho de la red, acompañando a la imagen de una pobre residente que se quedo dormida no sabemos si un minuto, diez o una hora, aunque  los comentarios destilan la crueldad de quien jamás pasó una noche en blanco atendiendo a un semejante...Es como si viviera dormida y no me parece justo.

   - "SI,  porque soy humano como tú -con las mismas necesidades fisiológicas de descanso y con las mismas batallas que librar contra el cortisol maléfico que se empeña en tenerte "de bajón" justo a mitad de noche pudiéndote pillar con un resfriado entre manos o con un infarto...-". 
La enfermedad no tiene reloj biológico y aparece de modo caprichoso en tu ritmo vital. Es tan inoportuna como frecuente: siempre parece que quiere jugarte una mala pasada de modo que a mayor cansancio mayor dificultad de síntomas. Quizá sea también cuestión de probabilidad: aquel que trabaja fundamentalmente de noche, será el que deba librar una singular batalla contra el sueño noche si y noche también. 

   -"Y NO, no me pagan por esto". Lo hacen para que :

      -cumpla con mi trabajo que consiste en "hacer todo lo que pueda, lo mejor que sepa" por recuperar la salud de aquel paciente que la perdió  en mitad de una noche, no consiguió mantenerla o un imprevisto le sorprendió poniendo su vida en juego.Si queremos cumplir con esta premisa tenemos una ardua tarea por delante.

      - cuando seas tú el que me necesites me encuentres fresco, atento, alerta y dispuesto a acercarme a tu dolor, tu miedo o tu angustia con una sonrisa de esperanza; eso si, previamente bañada en evidencia clínica.

       - si dado el caso, lo que te trae hasta mi no es nada urgente ni de importancia sino que es porque "a ti te viene bien que te atiendan ahora", te explique -con respeto y sin perder la misma sonrisa -que no es aquí donde debes acudir y menos a estas horas-aunque igualmente te atienda y lo haga doblemente- dándote soluciones e informacion; Informar al paciente de lo inadecuado de su consulta es también nuestra misión, aunque te enfade.

Como dice Ana, en su magnífica entrada de ayer, los médicos somos humanos  (https://curaraveces.wordpress.com/2015/05/16/yotambienmedormi/). Y en medio de esta humanidad se contempla el sueño que nos afecta, que necesitamos para reparar un cuerpo castigado y para estar a la altura de una profesión que, pudiendo ser la mejor del mundo para aquellos que voluntariamente la elegimos, debe abordarse con sensatez y seriedad en el descanso. 

Para ello necesitamos: 

1- Tener claro que el descanso es una necesidad y no un capricho.
2- Que las plantillas de los servicios se dimensionen según las necesidades reales y no en función de las medallas que nos pongamos con el ahorro -económico- obtenido.
3- Que lograr un sueldo digno no pase por hacer turnos inhumanos ya que de nuestra condición ( descanso) depende, en muchas ocasiones, el resultado de nuestro quehacer clínico.
4- Que permitir jornadas extenúantes y peligrosas respecto a la seguridad de los pacientes no debería ser permisible y debemos plantarnos. Si no lo hacemos, no podremos quejarnos después.

          

                                
                           




Pd-Esto, amigos, es también, un "guiño" a directores y gestores que duermen en su casa a pierna suelta y que olvidaron la penurias de una guardia sin descanso. Algunos, al menos; otros siguen pasando por su servicio a ver que pueden necesitar de modo que, pese a ser una especie en vías de extinción, hay que hablar de que existen ( yo los he visto...).Que cunda el ejemplo.

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