Leo en Diario Medico un articulo del Doctor Altisent en el que
invita a la reflexión ante un fenómeno –la
maternidad subrogada-que va alcanzando una llamativa importancia por la progresión
exponencial no solo en el número de
casos sino en los numerosos problemas éticos que suscita.(aqui)
La
película” 12 años de esclavitud” (Steven
McQueen ,213)- galardonada con varios Oscar, un Bafta y un Globo de oro, puso
de manifiesto el horror del fenómeno de la esclavitud del hombre y el poder que
se ejerce sobre el más débil cuando alguien se considera dueño del destino de
un semejante. Podemos repasar su arguento y desarrollo .
Si algo queda claro tras la reflexión grafica, es que nadie es
dueño de nadie. El guión escrito por John
Ridley, es una adaptacion de la autobiografia de Solomon Northup ,ciudadano afroamericano que nacido libre en su estado de origen -NuevaYork- fue secuestrado en el distrito de Columbia para ser vendido como esclavo.Tras 12 años de escavitud en las plantaciones de Lousiana consiguió su libertad.
Olvidamos que vivimos rodeados de esclavitudes quizá
menos evidentes a un mirada supeficial. Ni la maternidad tiene precio ni la
vida dueño. Sin embargo, permitimos la compraventa de personas sin darle la
importancia debida. En eso consiste, en resumen, acceder a la
maternidad-paternidad pagando por un hijo que se encarga.
-¿Permitimos el comercio de seres humanos?
-¿Qué hacemos
cuando el hijo encargado no responde a los cánones de salud y normalidad
establecidos por la sociedad?
-¿Y si el deseo de tener un hijo se esfuma en el
tiempo que tarda un embarazo en llegar a término?
-¿Cómo se resuelve si alguna de
las partes del contrato establecido se arrepiente?
-¿Qué ocurre cuando las leyes
de los distintos países y la variable permisividad de éstas dejan al hijo en la
indefensión jurídica?
Son muchas las razones –de fuerte calado ético-
que quedan sin resolver ante una situación donde se pone precio y condiciones a
la vida humana. Hay “cosas” de inmenso valor que no pueden tener precio. Rozamos
la vuelta a la casilla de partida, al año 1841, donde la libertad del ser
humano dependía de factores múltiples
con un trasfondo económico en todos ellos. La historia del hombre y sus
tragedias debería enseñarnos a no repetirlas.
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