"Los mismos hombres
las mismas guerras,
los mismos tiranos
las mismas cadenas
los mismos esclavos
las mismas protestas"
León Felipe.
Este magnífico poema describe lo que vengo
oyendo en mis 25 años de profesión. Siempre los "viejos" lo hacen mal
-por sus carencias de formación- y los "nuevos" también porque su
formación está mal orientada. Es decir, los médicos
pre-MIR no tienen derecho, como el enemigo, ni a agua y los médicos con formación vía MIR
-únicamente por el mero hecho de serlo- deben estar imbuidos de una
ciencia médica preclara pero "mal orientada" en cuanto a su fin,
dicen.
Lo digo porque algún avezado podría
deducir del último post de Sergio Minué que los médicos de más de 50 años- que
alguno hay- que no accedieron a la formación vía MIR- porque no la necesitaban para ejercer, cuestion
decisiva e importante- son todos unos zopencos; que su lugar en la bolsa
sólo lo da el tiempo transcurrido y que, en ese intermedio, han estado"
tocado el arpa" en cuanto a formación médica continuada se refiere.
Por otro lado, los residentes, los “6000 y
pico” elegidos de cada año, sólo por haber superado un examen pueden mirar por
encima del hombro a cualquier compañero con el que se crucen en su vida
profesional y que no sea su tutor, los amigos de éste o los profesionales
del hospital con los que establecido "feeling" en los rotatorios,
criterio que muchas más veces de las deseables determina el criterio con el que
sesgan en su juicio al resto de
profesionales con los que conviven.
En España no se mide o se mide mal. Quizá, para ser exactos, se miden "items" muchas veces innecesarios, superfluos y perfectamente prescindibles lo cual desvirtúa la medida. ¿De verdad alguien cree que todos los residentes tienen un magnifico aprovechamiento de sus rotatorios y de su residencia, así en general?, ¿Alguien se atreve a suspender un rotatorio?, ¿alguien se atreve a suspender alguna residencia? La respuesta es no -salvo honrosísimas excepciones- y sin embargo, hay casos en que debería hacerse y nadie le pone el cascabel al gato.
Sacar plaza para formarse en una “oposición”
como el MIR no les convierte en sabios de golpe si no ponen ellos diariamente
de su parte. Como tampoco tener un alto número en la bolsa de trabajo es algo
de qué avergonzarse como norma, pues no siempre es cuestión de enchufe ni sólo de tiempo pasado
mirando al cielo, contando nubes o no.
No todo es generalizable ni en un sentido
ni en otro. Además de esto, se crea una desconfianza entre pares de difícil explicación
y que repercute –aun no debiendo ser así- en el paciente.
Simplemente era una aclaración –necesaria-
por si alguien pensó que la formación solo es excelsa si se hace por una vía;
que la precariedad solo se ceba con los mejor formados y que es un problema solo
de las nuevas generaciones. La solución está en nuestras manos pero en las de
todos: en las de los que tienen plaza en propiedad y se han acomodado y los de los
que n ola tienen y en su deseo de tenerla, pierden la objetividad y el juicio.
Los primeros deberían poder perder esa plaza
si no demuestran una formación continuada de calidad y los segundos tener
mayores facilidades para acceder a la tan deseada plaza.
La solución quizá esté en que estas plazas
no sean vitalicias y que se deban mantener día a día siendo evaluados “todos
sus ocupantes” con criterios de calidad, eficiencia, eficacia y excelencia médica
justos y sensatos.
Y no vale
pasarse de un bando a otro mediando solo la titularidad.
(quizá sea esto lo que la Justicia no quier ver por lo que venda sus ojos...)
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