La sanidad (que no la medicina) se divide en muchas parcelas cuyo
desempeño en ellas tiene unas características especiales. La medicina, en todas
ellas, tiene los mismos principios. Y esto que parece de Perogrullo genera no pocos conflictos.
Quizá es necesario vivir la sanidad en varios ámbitos-
estructural, de concepto e incluso de dueño distintos (publica, público-privada
o privada) para entender que la Medicina es una y en todos ellos la misma.
Muchos conflictos se generan por esto: no entender que la medicina
es un arte y el ámbito donde apliquemos éste es tan solo el dónde y nunca el
cómo. Así, cada parcela de trabajo tiene unas características y a ellas
deberemos amoldar el ejercicio de la profesión sin que la esencia, la ética del
mismo y la deontología, cambien. Y no al revés. A cada lugar de trabajo y el
arte médico desarrollado en él, deben ajustarse los parámetros de calidad,
eficacia y eficiencia. No puede ser el dónde ejerzamos el que determine
el cómo lo hacemos; tampoco puede ser lo que se mida elemento condicionante del trabajo hecho, es
decir, " dime lo que me vas a medir
y yo veré como enfoco mi trabajo para que cuadre".
Si nuestro trabajo es en una cadena de montaje de una fábrica, nos
medirán el tiempo que invertimos en apretar un tornillo o una tuerca, por
ejemplo. Así la calidad vendrá determinada por el número de turcas-tornillo
/hora que apretemos: a mayor ratio, más eficacia. El problema viene cuando
usamos ratios erróneas - probablemente ensayadas en otras áreas profesionales-
para medir calidad de modo que, en lugar de buscar parámetros adecuados, usemos
los de la fábrica y las tuercas: cambiando el tiempo de consulta invertido/paciente por el tiempo de apretar tornillo-tuerca/ hora.
Trabajar en un servicio de urgencias (nota: nunca entendí porque
cada uno trabaja en su servicio y "los de urgencias" trabajamos en la
puerta) es complejo a la vez que apasionante. Los errores aquí no sé si
son más que la media, aunque sí más llamativos y más cercanos para mí, por ser
mi lugar de trabajo. Un mayor volumen de trabajo genera proporcionalmente más
errores y ante estos, si que es necesaria una pausada reflexión.
Habría que diseccionar el asunto:
- puede ser un problema
de tiempo y de recursos humanos, que determinan el tiempo por paciente que
podemos dedicar. Sin embargo, aun siendo muy importante, no creo que sea lo decisivo,
aunque sí lo que nos miden. Y esto si es un problema.
-debemos considerar cómo nos enfrentamos a esa falta de tiempo y de recursos, y cómo esto condiciona nuestra forma de
trabajar. Necesitamos para una atención asistencial de calidad - sí,
también en el servicio de Urgencias- aptitud(formación),
actitud (vertiente emocional), y destrezas (vertiente conductual) y de
ellas sólo se mide la primera a través de la residencia o al menos esa es mi impresión,
siempre personal. Después, los adjuntos, aquellos que no solo debemos trabajar,
enseñar y dar ejemplo… de medir calidad asistencial ¡¡olvídate!! (salvo
cumplimiento de determinados objetivos en relación, generalmente, con el
gasto).
Tan solo nos preocupamos de sobrevivir con cordura a una avalancha
irracional de trabajo inasumible. Y aun así, pensando en el paciente y solo en él
, seguimos siendo la “mano que aprieta la
tuerca”.
¿Cómo mejorarlo? Es la pregunta del millón...
1- Realizar el trabajo en un tiempo razonable para cada paciente
de modo responsable; es decir, negarse a que "te paguen por atender
pacientes" y que midan tu trabajo en "tuercas apretadas /hora".
2-No dejarse amilanar ni seducir por los objetivos y la
repercusión de éstos en el sueldo.
3-Saber que dedicar el tiempo que precisa cada paciente- quizá
mayor que "el apretón de tuerca" /hora estándar- no debe estar penalizado
sino ponerlo en valor.
4- Debemos ser valientes y pedir que se mida la actitud y las
destrezas para mejor atención del paciente; fomentar las quejas de éste
-concretas y respetuosas- que permitan meditar y mejorar su atención. Su voz es
importante para dejar de mirarnos el ombligo...
5- Meditar si, los médicos, estamos consintiendo que se trabaje en
condiciones "no ideales": turnos de 24h, con plantillas por guardia
mal dimensionadas y donde se valore más los "pacientes/ hora" vistos
y el cumplimiento de tiempos que determine un triaje" por colorines"
que realmente cómo sea la atención prestada, en calidad técnica y humana.
Pues eso, que necesitamos más tiempo, más recursos humanos y que
éstos trabajen de otro modo; además que se midan otros ratios y otros
indicadores que aunque nadie los considere existen, como Teruel. Si
no seguiremos siendo la mano que aprieta la tuerca…