martes, 14 de abril de 2015

No es pais para viejos..

No es país para viejos... es una novela de Corman McCarthy (2005), adaptada y llevada, magníficamente, al cine por los hermanos Cohen (2007). De sus cuatro Premios Oscar, destaca el del actor español Javier Bardem al Mejor actor de reparto-como Chigurh- en su papel de asesino psicópata... aunque solo sea porque "es de los nuestros".  http://es.wikipedia.org/wiki/No_Country_for_Old_en

Nunca pensé que este título  podría tener relación con la Atención Primeria española hasta leer el artículo de Sergio Minué donde se afirman  interesantes cuestiones que merecen una pausada reflexión.

 1. Señala a la Atención Primaria como una especialidad "añosa", estableciendo el límite de edad para esta definición, en 45-55 años, lo cual me parece aterrador. No dudo de que esta definición sea la adecuada pero no sé si me parece la más oportuna. Que más del 60% de los médicos de Atención Primaria tengan más de 55 años es un dato que puede  indicar que:

-es necesaria una profunda revisión de la estructura de la especialidad  de modo que se  dimensione el número de plazas a  a las necesidades reales de la población.
-que debe aumentar el número de plazas de nueva creación donde el empuje y conocimientos de los más jóvenes suponga un contrapunto a la experiencia laboral y el buen hacer médico, envuelto en escepticismo de los de mayores en  edad, que no viejos.
-que la edad supone, como en el vino, disfrutar de un poso donde se sedimentan los mejores y más profundos conocimientos y cualidades que no se puede perder. Cabemos todos y por ello debemos luchar. No se trata del " juego de la silla" donde, al parar la música, debamos quitarnos el sitio unos a otros, pese a que algunos nos quieran convencer de esta necesidad.
- que no se debe  " culpabilizar" a aquellos médicos con años de experiencia del "tapón de corcho", bien apretado, que los más jóvenes tienen que sacar  para llegar a desarrollar su trabajo, aquel que corresponde a la especialidad cursada, en condiciones dignas.

2. Siendo España un país "sin medida" (es decir, donde no suelen medirse  las cosas) se agradece algún dato actual. En el estudio del INE, que se nos detalla en el citado artículo, el 48% de los colegiados españoles son mujeres y el 75% de los estudiantes de medicina, también .Sin embargo en el  estudio de la OMC sobre la situación laboral de los médicos en España, (49.5% de la muestra eran mujeres) la precariedad  laboral femenina asciende a un 55.5% y dobla la tasa de paro de sus compañeros varones. Una vez medido, habrá que preguntarse y preguntar, seriamente,  por qué ocurre esto (a las mujeres, digo, que quizá puedan orientarnos- o no- en el tema del “por qué de las cosas”).
Si las cosas están como dicen… ¿dónde estamos las mujeres quejándonos, en masa, ante tamaña atrocidad?, ¿qué nos impide poner el país “patas arriba”  y  pedir, decididamente, la igualdad y los derechos que exigimos con virulencia en otros temas?

3- Respecto a equipar precariedad con "no tener plaza fija" es algo que me chirría; no siempre que uno tiene plaza en propiedad su trabajo deja de ser precario. La precariedad depende, en muchos casos, no solo de la seguridad de una plaza (cosa que no tenemos asegurada ni en la vida y mucho menos por oposición!!) sino de las condiciones estructurales y de trabajo en las que uno debe desarrollar su profesión de curar o aliviar al prójimo cuando la salud está menguada, así como la justa remuneración de éste.
Precariedad son horarios incompatibles con la seguridad del paciente, dificultades para la formación, cupos de tamaño no razonable y Atención Continuada en centros en buen estado, sin masificación de trabajo, con condiciones adecuadas  para el desempeño diario del trabajo saludable que pasan por hechos tan trascendentales como poderse lavar las manos en un lavabo de tamaño adecuado (de verdad que ocurre, palabrita del Niño Jesús).
La precariedad es un estado en el que nos hemos acostumbrado a vivir, laboralmente hablando, y que equivocadamente asimilamos a ocupar una plaza en propiedad. Es mucho más que solo eso , aun cuando esto pueda tener una importancia capital si el trabajo se funcionariza bajo el lema “coge plaza y échate a dormir” (poco frecuente,  pero posible.);”que mi plaza sea mía no me hace trabajar ni más ni mejor” es una cuestión que repetimos como un mantra sin que llegue a calar en la población, que mira aterrada” al interino” pensando, casi en alto que “ algo-habrá-hecho-para-merecerlo”… 

Total que si eres mujer, mayor o menor de 40 años, médico y sin plaza en propiedad  no se me ocurre nada más que una maldición gitana haya caído sobre ti; no te la quitarás de encima, penando de por vida, condenada a trabajar sin ser vista, protestar sin ser oída y  llegar a la "senilidad de los 45" con el Síndrome del Interino a Punto de reventar (SIAPR)

Continuará…




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