No es país para viejos... es una novela de Corman McCarthy (2005), adaptada y llevada, magníficamente,
al cine por los hermanos Cohen (2007). De sus cuatro Premios Oscar, destaca el
del actor español Javier Bardem al Mejor actor de reparto-como Chigurh- en su papel de asesino
psicópata... aunque solo sea porque "es de los nuestros". http://es.wikipedia.org/wiki/No_Country_for_Old_en
Nunca pensé que este título podría tener relación con la Atención
Primeria española hasta leer el artículo de Sergio Minué donde se afirman
interesantes cuestiones que merecen una pausada reflexión.
1. Señala a la Atención Primaria como una especialidad
"añosa", estableciendo el límite de edad para esta definición, en
45-55 años, lo cual me parece aterrador. No dudo de que esta definición sea la
adecuada pero no sé si me parece la más oportuna. Que más del 60% de los
médicos de Atención Primaria tengan más de 55 años es un dato que puede
indicar que:
-es necesaria una profunda revisión de la estructura de la especialidad
de modo que se dimensione el número de plazas a a las
necesidades reales de la población.
-que debe aumentar el número de plazas de nueva creación donde
el empuje y conocimientos de los más jóvenes suponga un contrapunto a la
experiencia laboral y el buen hacer médico, envuelto en escepticismo de los de
mayores en edad, que no viejos.
-que la edad supone, como en el vino, disfrutar de un poso donde se
sedimentan los mejores y más profundos conocimientos y cualidades que no se
puede perder. Cabemos todos y por ello debemos luchar. No se trata
del " juego de la silla" donde, al parar la música, debamos quitarnos
el sitio unos a otros, pese a que algunos nos quieran convencer de esta
necesidad.
- que no se debe " culpabilizar" a aquellos
médicos con años de experiencia del "tapón de corcho", bien apretado,
que los más jóvenes tienen que sacar para llegar a desarrollar su
trabajo, aquel que corresponde a la especialidad cursada, en condiciones
dignas.
2. Siendo España un país "sin medida" (es decir,
donde no suelen medirse las cosas) se agradece algún dato actual. En el
estudio del INE, que se nos detalla en el citado artículo, el 48% de los
colegiados españoles son mujeres y el 75% de los estudiantes de medicina,
también .Sin embargo en el estudio de la OMC sobre la situación laboral
de los médicos en España, (49.5% de la muestra eran mujeres) la precariedad
laboral femenina asciende a un 55.5% y dobla la tasa de paro de sus
compañeros varones. Una vez medido, habrá que preguntarse y preguntar,
seriamente, por qué ocurre esto (a las mujeres, digo, que quizá puedan
orientarnos- o no- en el tema del “por qué de las cosas”).
Si las cosas están como dicen… ¿dónde estamos las mujeres quejándonos, en
masa, ante tamaña atrocidad?, ¿qué nos impide poner el país “patas arriba” y pedir,
decididamente, la igualdad y los derechos que exigimos con virulencia en otros
temas?
3- Respecto a equipar precariedad con "no tener plaza
fija" es algo que me chirría; no siempre que uno tiene plaza en
propiedad su trabajo deja de ser precario. La precariedad depende, en muchos
casos, no solo de la seguridad de una plaza (cosa que no tenemos asegurada ni
en la vida y mucho menos por oposición!!) sino de las condiciones estructurales
y de trabajo en las que uno debe desarrollar su profesión de curar o aliviar al
prójimo cuando la salud está menguada, así como la justa remuneración de éste.
Precariedad son horarios incompatibles con la seguridad del paciente,
dificultades para la formación, cupos de tamaño no razonable y Atención
Continuada en centros en buen estado, sin masificación de trabajo, con
condiciones adecuadas para el desempeño diario del
trabajo saludable que pasan por hechos tan trascendentales como poderse
lavar las manos en un lavabo de tamaño adecuado (de verdad que ocurre,
palabrita del Niño Jesús).
La precariedad es un estado en el que nos hemos acostumbrado a vivir,
laboralmente hablando, y que equivocadamente asimilamos a ocupar una plaza en
propiedad. Es mucho más que solo eso , aun cuando esto pueda tener una
importancia capital si el trabajo se funcionariza bajo el lema “coge plaza y
échate a dormir” (poco frecuente, pero posible.);”que mi plaza
sea mía no me hace trabajar ni más ni mejor” es una cuestión que repetimos como un
mantra sin que llegue a calar en la población, que mira aterrada” al interino”
pensando, casi en alto que “ algo-habrá-hecho-para-merecerlo”…
Total que si eres mujer, mayor o menor de 40 años, médico y sin plaza en
propiedad no se me ocurre nada más que una maldición gitana haya
caído sobre ti; no te la quitarás de encima, penando de por vida, condenada a
trabajar sin ser vista, protestar sin ser oída y llegar a la
"senilidad de los 45" con el Síndrome del Interino a Punto de
reventar (SIAPR)
Continuará…
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