sábado, 28 de febrero de 2015

El hombre profesional

La mitad del hombre  es un ser profesional.
Libertad, entendimiento y voluntad al servicio de una profesión. 
Libertad al elegir, en cada una de las decisiones de nuestro día laboral, hacer lo correcto o no hacerlo; entendimiento que lleva a poner los cinco sentidos en mejorar el conocimiento que precisamos para atender a nuestros semejantes como merecen.Y voluntad, esa férrea compañera, que te hace seguir por la senda adecuada aun cuando las circunstancias no lo sean.

Estos tres componentes hacen que el día a día sanitario discurra sin sobresaltos cada mañana.Cada uno en su sitio, cada uno poniendo su grano de arena en esta playa sanitaria, a la que llegan miles de náufragos de salud esperando cura, alivio o consuelo.Y tú y yo estamos ahí en su llegada a tierra firme, sanitariamente hablando.


Deberíamos tomar conciencia de que cada uno somos mucho más que un numero o "un recurso" en su puesto de trabajo. La libertad es la capacidad radical de ser los protagonistas de nuestra vida también en el plano profesional: somos libres a pesar de las circunstancias adversas que nos haya tocado vivir, que nos rodean y nos puedan influir.
No estamos llamados a ser "hombres masa" sino hombres únicos; tenemos el derecho y el deber de ejercer nuestra libertad en el ejercicio de nuestra profesión aunque no guste, sea incómodo o politicamente incorrecto.Cada uno puede aportar visiones nuevas, actuaciones únicas, palabras que abran horizontes; cada uno original y único en sus planteamientos, puede ser fuente de inspiración y apoyo a otros.
La suma de cada hombre profesional, que se desarrolla en plenitud,  refuerza la profesión.
Por ello necesitamos tiempo y espacio para mirar dentro de nosotros, recuperar la ilusión y descubrir el desafío que encierra cada nueva situación laboral y personal.

Y no podemos permitir o consentir que la profesión entera tome un rumbo inadecuado sin que el paciente esté en el mismo centro de ésta.Meditemos desde la libertad que da el saber que nuestro mundo sanitario será lo que nosotros hagamos de él. Sólo nosotros: nadie más.
Perder esta visión seria robarle la pequeña porción de utopía y altruismo que aun conservamos.

La Medicina- con mayúscula- se nutre de hombres y mujeres profesionales.
Una maravillosa profesión que acapara la mitad de tu vida en horario de noche.

     


                     

                            Garden in the Rue Cortot - Renoir
                            Carnegie Museum of Art
                            Pittsburgh 

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