sábado, 21 de febrero de 2015

El olor de lluvia...

La lluvia tenía olor...siempre lo tuvo.
Al menos yo siempre lo sentí; quizá más cuanto más tiempo paso fuera de mi tierra y más disfruto su lluvia cuando vuelvo. La lluvia tiene un olor especial para mi...
Pensé que esta afirmación - poco científica- se debía a que la morriña tiñe incluso el olfato en atardeceres de sábado.
Mira por donde, 600 experimentos sobre 28 tipos de superficies distintas, vienen a dar la razón a aquellos que encontramos en la lluvia un olor especial .
En el MIT (Instituto Tecnológico de Masachussets) han estudiado este fenómeno en profundidad, como  todo lo que hacen allí. Con cámaras  de alta velocidad han descubierto la generación de aerosoles al chocar las gotas de lluvia contra el suelo que pueden transportan de todo y, entre otras cosas, olores...

http://elpais.com/elpais/2015/02/16/ciencia/1424079053_865770.html


Muchas veces las cosas que sabemos son ciertas pero no se consideran como tales hasta que alguien las demuestra. Esto me lleva a pensar que nuestro cerebro es mucho más plástico de lo que creemos y que percibe fenómenos que el hombre tarda demasiado tiempo en demostar.
Que no se demuestre no quiere decir que no exista sino que no se ha formulado una teoría que lo avale de modo científico.

De ahí el valor de la intuición, el ojo clínico, el sexto sentido; saber leer entre líneas, oír en los silencios y hablar con la mirada; los atajos heuristicos en las decisiones y tantas cosas que no podemos explicar .

Todo eso que puede ser tan útil  cuando tenemos a un paciente delante no viene en las guías clínicas. No hay protocolos ni caminos guiados que enseñen a valorar un llanto, una mirada triste o una sonrisa franca. La prisa y los caminos de decisión establecidos evitan que pensemos más y mejor.

Últimamente me pierdo en burocracia absurda y prisas interminables, en largas listas de pacientes vistos y por ver, disminuyendo la capacidad de oler a lluvia...
Necesitamos recuperar el tiempo necesario por paciente que nos  permita no sólo seguir las guías y protocolos sino tambien que no nos haga olvidar esos pequeños detalles que le dan calidad a la atención.

Repetir 600 veces, en distintas superficies, con distintas velocidades y tamaños de gota no han hecho más que demostar algo tan evidente como que la lluvia tiene un olor especial.


                         

                           Vista del Sardinero lloviendo( foto:miguelamiguelez.Twicsy.com)



No perdamos  capacidades sólo por seguir caminos ya andados.
Sigamos viendo caer la lluvia y disfrutemos de su olor...

No hay comentarios:

Publicar un comentario